GRACIAS ANDREA. LO HACES MUY BIEN
Cómo tienes corazón para este trabajo" le preguntaban con frecuencia a Andrea Alonso Arencibia, vecina del barrio Tres Acequias, cuando empezó como sepulturera en junio de 2006 en el cementerio municipal Nuestra Señora de los Dolores de Teror. Su madre también se extrañó cuando le comentó que el camposanto iba a ser su nuevo lugar de trabajo. "¿Tú te atreves?", le preguntó y como dijo que sí, agregó "si tú quieres hacerlo...".El sepulturero Tano, que ahora está en el cementerio parroquial del casco de la villa mariana, fue quien le enseñó la mecánica del oficio. Ella se ha hecho de 'corazón duro' aunque en algunos enterramientos o al ver determinadas imágenes en la televisión no puede retener las lágrimas."Me gusta lo que hago y no me desagrada ver a los muertos. Me manejo bien con los féretros y menos mal que las lápidas son ahora chapas de uralita que no pesan tanto como las de cemento", asegura Andrea Alonso que entiende que es hoy en día la única sepulturera de la Isla.Trabaja en el cementerio los martes, jueves y domingos y los lunes, viernes, sábados y domingos se encarga del mantenimiento y limpieza del área recreativa Los Granadillas. También trabaja los días que está abierto el cementerio municipal debido a festividades y celebraciones como el 19 marzo, Día del Padre."Para que luego digan que las mujeres no trabajamos. Sólo libro un día a la semana, los miércoles, entre un trabajo y otro", comenta la sepulturera, que está convencida de que "no es un trabajo sólo para hombres. No he tenido ningún problema por ser mujer, sólo que me preguntaban mucho al principio que cómo tenía corazón para hacerlo. Pienso que todo el mundo está contento, los vivos y también los muertos [risas]".Andrea estuvo años atrás en el departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Teror, pero justo antes de ocupar la plaza libre en el cementerio Nuestra Señora de los Dolores, limpiaba en casas. "La verdad es que prefiero enterrar que estar pasando fregonas y la bayeta", señala. Respecto a su actual trabajo destaca que "es muy tranquilo y estoy muchas horas sola, pero no paro.Los martes, que no está abierto al público, me dedico a limpiar los parterres, la jardinería, barrer y recoger las flores secas. Los jueves y domingos a todo lo que haga falta. Además, no puedo faltar en el entierro que toque".El cementerio de Nuestra Señora de los Dolores está en la zona protegida de Osorio y dispone de algo menos de una veintena de nichos libres por lo que el Ayuntamiento prevé construir otros sesenta más. Aún así, el ritmo de ocupación de los nichos es lento y según Andrea "hay meses que no hay ningún enterramiento y otros que hay tres o más. A veces se celebran velatorios, pero no se entierran aquí. A parte de este camposanto, están los cementerios parroquiales del casco y de Arbejales".